Somos cyborgs

Somos cyborgs

Por Juan Carlos Quiroga 2-04-2021

Una mezcla de biología y cibernética, que, en su definición, la parte tecnológica es para mejorar o aumentar las capacidades asistidas.

En la actualidad se confunde servomecanismo con robotización.[1]

Muy sutilmente, los robots van reemplazando nuestros espacios, aquello que nosotros dejamos vacíos, nuestro entorno está continuamente suplementado por algoritmos.

Cuando el humano falla en la implementación de una tarea, aparece un robot.

Desde 1969, en los inicios de UNIX, el predecesor de LINUX, están presentes los primeros algoritmos autónomos, que los programadores de este sistema denominaron: DEAMONS (Demonios), pequeñas subrutinas que ejecutan tareas repetitivas y de control, predecesoras de los virus de software. Los diferentes sistemas operativos que interpretan nuestras máquinas, tienen un origen común que es el lenguaje C, que es a su vez un intérprete del ASSEMBLER interno de los procesadores, o sea los sistemas traducen al humano para escribir el programa, esto incluye, en el proceso, DEAMONS. Cabe aclarar que todos son sincrónicos, con un reloj base de tiempo, porque alguna vez hubo el intento de un procesador asincrónico, que desapareció rápidamente de todos los medios.[2]


Un semáforo es un robot, hace una tarea repetitiva sin asistencia humana, un sistema de turnos bancario, es un algoritmo-robot que ejecuta una tarea aun más complicada, da un turno a las personas de acuerdo a su trámite, condición con el banco, y hora de llegada, controla que se asigne a quien corresponda, controla los tiempos de atención, y la celeridad del empleado en esta tarea. Este último robot adquiere importancia, porque viene a llenar un espacio, que socialmente dejamos vacío, la empatía, poco a poco la tecnología nos hizo más desconsiderados con el otro, nos refugiamos en las redes sociales donde encontramos un espacio mas confortable para nuestro ego, porque en este entorno nos permitimos elegir quien nos gusta o no, a través de buscar más me gusta y reenvíos, fortalecemos nuestra autoestima, en forma silenciosa y sin contacto, en una virtualidad adaptada por algoritmos-robots que nos convencen de estar mejor.

Cuando esperamos un turno en cualquier entidad bancaria, los empleados nos ven sentados y prácticamente nos ignoran, hasta que nos toca conversar con ellos, que en la mayoría de los casos nos atienden con una formalidad fría, protocolar, reglamentaria, sin ahondar en nuestras necesidades personales, sin buscar soluciones que se adapten a nuestras necesidades particulares, es más un asistente robotizado telefónico quizás nos brinde más afecto que el empleado humano. Sin embargo, si a este mismo empleado lo contactamos por alguna red social informática, su actitud será diferente, tenemos incorporado un DEAMON (algoritmo) que mejora nuestra capacidad de comunicación, a gusto del sistema.



¿Dónde caerán las próximas automatizaciones?

Basados en este principio, es fácil adivinar donde van a aparecer los siguientes robots.

En las comisarías o dependencias judiciales de atención al público, en las salas de emergencias médicas. Cuando uno va a hacer una denuncia, muchas veces se encuentra ante una fila de entre cinco a diez personas, atendidas por un escribiente que esta medianamente preparado para escuchar e interpretar lo que va a escribir en la denuncia o declaración, en la fila puede haber diferentes necesidades, denuncia por robo, denuncia por accidente, denuncia por amenazas y/o violencia, denuncias por amenaza inmediata de homicidio, todas van a ser tratadas de la misma forma, aunque requieran diferente celeridad, porque hemos perdido la empatía, y la consideración, nadie va a salir a preguntar el nivel de urgencia para clasificar la atención, porque no estamos preparados, nunca lo pensamos de esta forma para implementarlo, y el tiempo-remuneración de los agentes tiene ese límite.

En las salas de emergencia igual, (únicamente en las series médicas es diferente), puede ir una persona con una fractura, un dedo lastimado, una hemorragia interna, o un paro cardíaco, que va a ser atendida en el turno que llegue, nadie va a salir a preguntar/diagnosticar.

En cambio, un robot consulta a cada persona que llega su situación, y la deriva automáticamente donde corresponde, suplantando la virtud humana de la empatía con el otro.

Hay que aclarar que esta robotización implica desempleo y aislamiento humano.



[1] Servomecanismo es un sistema asistido por humanos sin decisión propia, Robotización implica total autonomía humana

[2] Los sistemas asincrónicos tuvieron un inicio incipiente en la década del 80, pero requería de una programación diferente, más parecida a un pensamiento humano, aunque más poderoso.

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